Actualmente, en nuestro país se ha agudizado bastante la presión sobre la comunidad empresarial, principalmente sobre el rubro industrial, para que asuma una actitud responsable en materia ambiental, esto se puede ver claramente en el incremento gradual de las exigencias por parte de las autoridades para hacer cumplir la Ley del Medio Ambiente (1992) y su Reglamentación (1995). Por otra parte, existe la creciente participación de la sociedad en diferentes tipos de demandas, esto se refleja en el hecho de que gradualmente varias industrias son observadas, cuestionadas, denunciadas por el contexto social que las rodea, en cuanto a la situación de contaminación ambiental, generación de basura, ruido, efluentes líquidos contaminados, uso desmedido de recursos naturales, entre otros.
En respuesta a lo anterior, es común observar en algunos empresarios una actitud reactiva tratando de “quitarse de encima” a los ambientalistas, ya que el comportamiento de éstos últimos parece estar orientado a un solo objetivo, castigar al que se dedica más a producir, que a mejorar su medio ambiente. Si nos centramos en esta disyuntiva, ambas posiciones tienen la razón, además que en el marco del desarrollo centrado sostenible, existen efectivamente dos enfoques, uno el ecocéntrico, que se orienta a un desarrollo centrado en la naturaleza, y otro el antropocéntrico, centrado en el ser humano.
Para dar luces acerca de este desacuerdo entre ambientalista y empresarios, es pertinente mencionar que a raíz de los problemas derivados de la era industrial y como consecuencia de la misma, la humanidad ha entrado en lo que llamamos actualmente la era de los sistemas, que se caracteriza por considerar que todos los objetos, eventos, experiencias, actividades, empresas, industrias, regiones, etc. son parte de un “todo” mayor. Además si consideramos la definición de sistema, como el conjunto de dos o más elementos interrelacionados, es importante remarcar que el desempeño del mismo depende críticamente de lo bien que las partes se ajustan y trabajen entre sí, y no solamente de la forma en que cada una trabaje cuando se lo considera por separado. Esto es, el buen funcionamiento de una empresa, depende también de la forma en que se relaciona con su propio medio ambiente y de cómo se relaciona con otros sistemas en ese medio ambiente.
Ackoff en su obra Rediseñando el futuro, expresa que toda empresa es un sistema que estructuralmente es un todo divisible. Al mismo tiempo Ackoff sostienen que son tres los problemas que se presentan en la administración y control de toda empresa o sistema, el cómo incrementar la efectividad con que se logran los propósitos de la empresa, los propósitos de sus componentes y los propósitos de los sistemas de los que forman parte. Esto es el problema del auto-control, la humanización y la ambientalización.
El gran reto para el empresario es entonces, considerar desde un enfoque sistémico esta problemática, esto es, considerar que toda empresa pertenece a un suprasistema, en este caso el contexto físico, ambiental, social, institucional, etc. al que pertenece y que debe cumplir las expectativas de éste, simultáneamente al cumplimiento de los objetivos de la propia empresa y los objetivos de sus trabajadores.
Desde este punto de vista, la empresa al considerar su crecimiento y desarrollo debe incluir la temática ambiental, tanto en lo que corresponde a la prevención de la contaminación, como a la explotación racional de los recursos naturales. Por ejemplo, cuando se presenta una situación de contaminación ambiental, si observamos esta contingencia desde un pensamiento lineal, las autoridades y la sociedad vemos la causa o el culpable del problema va a ser resuelto. Pero sin embargo, el problema se vuelve a repetir en igual o mayor escala. En contraparte, si observamos el problema desde un enfoque sistémico, la relación causa – efecto no es necesariamente lineal, y de un solo sentido, esto es, el efecto se convierte en causa, por ejemplo cuando la generación de contaminantes sólidos o líquidos, se convierte en oportunidades de negocio, este es el caso de las empresas que se dedican al reciclado o tratamiento de este tipo de residuos.
En el sentido inverso también funciona, esto es, la aparente abundancia de algún tipo de recurso natural, por ejemplo, provoca que se abran nuevas empresas para su explotación, estoa su vez hace que este recurso disminuya en disponibilidad, afectando la supervivencia de las empresas que se crearon.
Entonces, la problemática ambiental se la puede enfocar y tratar desde un enfoque sistémico, y considerar que ninguna parte, empresarios y ambientalistas, jamás son exclusivamente responsables de la falla del sistema, dicha falla es la consecuencia de la interacción de sus componentes.